El pasado jueves y viernes, tuve la suerte de estar en casa de Silvia cenasadivina, participando de ese proyecto tan atractivo que está desarrollando y conociendo a muchas personas con las que pude compartir experiencias, aprender de ellas y reírnos un poco de nosotros mismos. El tema en esta ocasión: Educar sin gritar.

Una de las preguntas que surgieron, fue cómo conseguir no perder el control justo en ese momento en el que ya no puedes más. Ese momento en que por las razones que sean, nuestros hijos nos han llevado al límite y estamos a punto de estallar, ese momento en el que queremos mandar todo lo que hemos leído y nos han contado a paseo,… Supongo que llegados a este punto, cada uno tenemos nuestro pequeño truco, así que os dejo por aquí algo que me ayuda mucho a mi, por si os sirve a alguno.

Hace unos meses, vi un vídeo muy interesante en el que Lucas Malaisi promueve una una Ley de Educación Emocional en las escuelas argentinas, para que dicha educación emocional no sea un privilegio de unos pocos, sino un derecho de todos los niños:

Aproximadamente en el minuto cuatro de dicho vídeo, cuenta Malaisi que las emociones son temporales, efímeras y que duran aproximadamente 90 segundos. La amígdala, situada en el centro del cerebro, libera al torrente sanguíneo una sustancia responsable de la respuesta física de la emoción. Es entonces cuando sentimos que nos hierve la sangre, se nos agarrotan todos los músculos,… Pero lo más interesante de esto es que el cuerpo tarda únicamente 90 segundos en metabolizar esta sustancia.

Sin embargo, dice Lucas Malaisi, hay quienes cuentan así: uno, dos, como te pille te mato tres, cuatro, siempre me hacen los mismo cinco, seis,…

¿Qué pasa si contamos de este modo?, que estamos retroalimentando la amígdala que sigue segregando la sustancia a nuestro torrente sanguíneo.

El vídeo es genial de principio a fin, pero si conseguimos entender esto, comprenderemos que es más que interesante, tomarnos un par de minutos en ese momento de crisis en el que vamos a explotar, para dar tiempo a que esta sustancia se metabolice. Pero este momento, debe ser consciente, para evitar la retroalimentación de esta amígdala, serenarnos y volver para gestionar el conflicto de la manera que deseamos.

Os dejo a continuación el vídeo completo de Lucas Malaisi. Como os decía, el vídeo es genial de principio a fin pero recordad que es a partir del minuto cuatro, cuando explica esto que os contaba más arriba.

Qué haces tú para no perder el control con tus hijos justo cuando crees que ya no puedes más? Me encantaría leer tu respuesta,…

Feliz lunes!!

*El artículo que escribí hace un par de meses de Conocer y Gestionar la Ira,  es algo que también me ha ayudado muchísimo.

*La publicación, serenarnos, recuperar nuestra integración y elegir bien, complementa muy bien esto que acabo de contaros.

*Recuerda que es muy interesante nuestro autocontrol, pero que si hay un problema que se repite (tareas, ayudar en casa, peleas, obediencia,…), lo ideal es preparar después un Plan de Acción que lo corrija.