Hace unos meses realicé un curso online acerca de las herramientas mentales para el aprendizaje. Una de las técnicas que aprendí en él, que más me gustaron y que practico desde entonces casi a diario con unos resultados geniales es la Técnica Pomodoro.

La Técnica Pomodoro es una técnica de productividad inventada por un estudiante italiano, que consiste en trabajar durante periodos cortos de tiempo a alta intensidad.

Los pasos a seguir son:

1.Elaboramos una lista con las cosas que tenemos que hacer.

2. Priorizamos y planificamos aquello que queremos hacer.

3. Escogemos una y nos centramos 25 minutos en ella con exclusividad y sin distracciones. De modo que si recibimos una llamada no atenderemos a ella y si recordamos algo que tenemos pendiente, tampoco acudiremos a realizarlo. En lugar de ello, apuntaremos en un papel que deberemos tener a mano, aquello que nos vino a la cabeza y continuaremos con el trabajo. Pasados los 25 minutos, nos tomaremos 5 minutos de descanso obligado en los que podremos estirar las piernas, caminar un poco, distraernos consultando redes sociales,… para volver al siguiente ciclo pomodoro a continuación. Después de 4 ciclos, 2 horas, conviene hacer un descanso más grande, de unos 10-20 minutos.

Esta técnica, está basada en la evidencia científica de que nuestro cerebro no puede mantener la atención más allá de esos 25 minutos. Es por ello que conviene hacer parones periódicos que nos permita descansar para volver a centrar la atención.

¿Qué beneficios tiene esta técnica?

1. Mejora el rendimiento y la productividad, ya que evitamos distracciones y centramos nuestro foco de atención en una tarea.

2. Evitar la procrastinación de tareas, sobre todo cuando estas son largas y tediosas.

3. Permite centrarnos en el proceso de un trabajo en lugar de centrarnos en completarlo lo cual disminuye mucho la ansiedad y ayuda a seguir avanzando en momentos complicados de un trabajo, así como a disfrutar de la evolución del trabajo y no sólo a la finalización del mismo.

4. Aumenta la motivación y la mantiene.

5. Somos más conscientes de las cosas que tenemos que hacer y de su evolución.

 

¿Conocías esta técnica? ¿Te funciona? ¿Qué es lo que más te gusta de ella? Si no la conocías, te animo a probarla con cualquier cosa que tengas que hacer. No hace falta que sea intelectual, también pueden ser tareas como la organización y el orden en casa, forrar libros, preparar uniformes,…

Un último consejo práctico es que si vamos a poner en práctica esta técnica cuando están nuestros hijos alrededor, conviene informarles de vuestro trabajo e incluso que vean el reloj que cuenta los 25 minutos, ya que esto puede ayudar mucho a que respeten los tiempos. También hay que recordar que son niños y que pueden necesitar atención en cualquier momento,por eso en estos casos habrá que ser un poco flexibles.

Feliz día!!

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